Los afganos colapsan el aeropuerto de Kabul a pesar de la matanza y del riesgo de más atentados

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Iñigo Artola
  • Iñigo Artola
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Cientos de personas han vuelto a colapsar este viernes las entradas al aeropuerto de Kabul. La desesperación por huir de Afganistán empuja a la gente a hacer caso omiso del alto riesgo de atentado que pesa sobre la zona, después de que este jueves el Estado Islámico matara al menos a 95 personas y dejara heridas a más de 150 con dos atentados.

Las cifras de fallecidos oscilan según el medio en el que se consulte. Esto no es más que un reflejo de la caótica situación que impera en Afganistán, y más en concreto su capital, Kabul. Pero los terribles vídeos que se han difundido en las redes sociales muestran decenas de cadáveres tras el atentado del Estados Islámico. Un médico empleado por el Ministerio de Salud y múltiples fuentes talibán han confirmado al reportero Bilal Sarwari, una de las voces más autorizadas sobre el proceso de evacuación, al menos 95 fallecidos y 150 afectados. Otras fuentes del Ministerio de Salud afgano han indicado a la cadena CNN que los ataques dejaron al menos 90 fallecidos. La cifra de heridos es la misma según todas las fuentes consultadas.

Por otro lado, un líder talibán ha confirmado anónimamente a Bloomberg que al menos 75 afganos han fallecido y habría que sumarle 13 militares estadounidenses que también habrían muerto a causa de los atentados. Se trata del mayor número de muertos en un día para las tropas norteamericanas desde que, en agosto 2011, murieran 30 miembros de las Fuerzas Armadas de EEUU en un ataque a un helicóptero Chinook.

Coche bomba o cohetes

De acuerdo con la información revelada por el portal afgano Ariana, la puerta principal del Aeropuerto de Kabul, conocida como ‘Abbey Gate’, lugar donde sucedió uno de los atentados de este jueves, permanece vacía de gente. Pero el grueso de la población que sigue queriendo huir del país se ha trasladado a otros lugares en las inmediaciones del aeródromo, según imágenes capturadas por la cadena afgana Tolo News.

El general Frank McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos, ha trasladado en las últimas horas que las tropas estadounidenses en Kabul permanecen en alerta por el alto riesgo de que se sucedan nuevos ataques, que podrían llevarse a cabo con coches bomba o cohetes. Asimismo, el general McKenzie, que ha negociado con los talibanes y compartido inteligencia, también trasladó que creían que los talibanes «habían frustrado algunos ataques».

El doble atentado generó condenas de destacados líderes afganos, entre ellos Abdulá Abdulá, antiguo negociados del Gobierno de Ashraf Ghani y figura clave junto al expresidente Hamid Karzai en las negociaciones con los talibanes para conformar un Gobierno y evitar un vacío de poder.

El Estado Islámico de la provincia del Jorasán, un peligroso y sanguinario grupo terrorista, reivindicó los atentados, pocas horas después de las detonaciones, y se han convertido en la principal amenaza en términos de seguridad tras la ascensión al poder de los talibanes. Las doctrinas de este grupo, surgido en enero de 2015 a partir de una amalgama de talibanes afganos y paquistaníes, son incluso más duras que las de los talibán, a los que consideran herejes y a quienes recriminaron el acuerdo de paz sellado en febrero de 2020 con el entonces Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, punto de partida del repliegue extranjero.

En los últimos años, el Estado Islámico de la provincia de Jorasán ha sufrido varias derrotas militares y la detención de algunos de sus principales líderes, pero ha terminado creciendo al albor del caos en que se ha visto sumido Afganistán y ha seguido perpetrando atentados, también en Kabul. Entre sus objetivos figuran autoridades locales y fuerzas extranjeras.

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